Según Atlas Intel, entre los que votaron a quien salió tercera en la
primera vuelta, Simone Tebet, un 61 por ciento indicó que Lula fue el
vencedor del debate. Y entre los que en esa primera ronda eligieron a
Ciro Gomes, que quedó cuarto, el 51 por ciento otorgó su preferencia al
líder del PT, contra el 26 por ciento de Bolsonaro. En ese segmento,
hubo un 23 por ciento de indecisos. Por su parte, la encuestadora Quaest
informó que hizo un seguimiento digital en tiempo real en las redes
sociales Twitter, Facebook e Instagram e indicó que Lula tuvo un 51 por
ciento de menciones positivas contra el 49; mientras que Bolsonaro
obtuvo, según informó Felipe Nunes, Ceo de Quaest, 36 por ciento de
menciones positivas y 64 por ciento de negativas. Mientras, Bolsonaro
dio indicios en las últimas horas de que respetará el resultado de la
segunda vuelta de mañana, independientemente de cuál sea el resultado,
al afirmar que "el que obtenga más votos gana", en un aparente cambio de
la narrativa mantenida durante el proceso electoral. "No existe la más
mínima duda. El que obtenga más votos gana. De eso se trata la
democracia", dijo el postulante de ultraderecha a la presentadora Renata
Lo Prete, en el programa televisivo Jornal da Globo, tras el último
debate con Lula.
El miércoles, al comentar la decisión del presidente
del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, de negar
una investigación sobre supuestos problemas en la distribución y emisión
de la pauta electoral en estaciones de radio, Bolsonaro ya había hecho
una declaración similar.
"Esperamos que las autoridades de Brasilia
den muestras de serenidad. Porque las elecciones se deciden votando, y
quien tenga más votos en la urna debe asumir el cargo en la fecha que
corresponda", dijo en esa ocasión.
Estas declaraciones parecen ser un
cambio en el discurso del mandatario, que en reiteradas ocasiones
durante los últimos años manifestó su desconfianza sobre el proceso
electoral, incluso apelando a información falsa o parcial.
En ese
sentido, luego de emitir su voto en la primera vuelta del 2 de octubre,
no respondió al ser consultado si aceptaría el resultado y se limitó a
asegurar que "unas elecciones limpias deben ser respetadas", en una
insinuación que solo reconocería los comicios si el proceso, que es
supervisado por observadores internacionales, fuera transparente. Contra
todo pronóstico también había afirmado que la elección se definiría "en
primer vuelta".
Sospechas infundadas. Además, las declaraciones del
mandatario se producen en la misma semana en que su hijo y diputado,
Eduardo Bolsonaro, sugirió postergar los comicios al denunciar falta de
imparcialidad por parte de la justicia electoral para la campaña de su
padre en la distribución de propaganda electoral.
"Hay un candidato
perjudicado y otro favorecido, esto está hiriendo a la democracia. De
otorgarle a Bolsonaro todo el tiempo de respuesta al que tiene derecho
sería necesario postergar la elección", había afirmado a medios
brasileños, en referencia a esa denuncia de irregularidades en la
distribución de spots que ordena la Justicia electoral.