Brasil: Los seguidores de Bolsonaro reclaman un golpe haciendo el saludo nazi. En San Miguel del Oeste, en Santa Catarina, los fanáticos de Jair Bolsonaro hicieron el saludo hitlerista mientras cantaban el himno y reclamaban un golpe de estado. Eligieron juntarse frente al cuartel del 14º Regimiento de Caballería Mecanizada. Por Gustavo Veiga Desde San Pablo, En el día de los difuntos, el nazismo tropical volvió a brotar de las alcantarillas brasileñas en Santa Catarina.
En San Miguel del Oeste, una ciudad de ese estado muy próxima a la
frontera con Misiones, varios cientos de golpistas hicieron el saludo
hitlerista mientras cantaban el himno. Eligieron juntarse frente al
cuartel del 14º Regimiento de Caballería Mecanizada. A sus puertas y
frente a un tanque en desuso se filmaron festejando la ocurrencia
delictiva. Fueron a exigir la participación del ejército en el
movimiento desestabilizador que no reconoce la victoria electoral de
Lula. El hecho, que por su gravedad motivó la intervención del
Ministerio Público Fiscal, se dio en la tercera jornada de agitación con
cortes de ruta y movilizaciones que llevan adelante los partidarios del
presidente Jair Bolsonaro.
Si bien disminuyó la cantidad de
piquetes producidos en su mayoría por camioneros, según Folha de San
Pablo continuaban en quince estados. La demorada y casi condescendiente
presencia de la Policía Federal de Carreteras (PRF) -colonizada por el
oficialismo-, disuadió en algunos casos y en otros reprimió a los
bolsonaristas que pedían un golpe de Estado cuando se lo ordenó el
Tribunal Supremo Federal (TSF).
Quién es Silvinei Vasques
Su jefe,
Silvinei Vasques, fue sugerido para el cargo por uno de los hijos del
presidente, Flavio. Su foja de servicios está demasiado sucia. Lo
investigó la Justicia por cobrar coimas, amenazas de muerte y otros
delitos que fueron prescribiendo. Tantas fechorías y delitos contiene su
ficha policial que el gobierno decretó “sigilo” por cien años sobre su
trayectoria como funcionario cuando el medio digital Metrópoles pidió
información sobre él.
Vasques había llegado a la dirección de la PRF
en abril de 2021 y se le concedió cada vez más poder de financiamiento
gracias a los orçamentos (presupuestos) secretos. No sorprendió entonces
que llamara a votar por Bolsonaro desde sus redes sociales y montara
operativos en el Nordeste del país para impedir que los seguidores de
Lula participaran en la elección. Ahora tendrá que responder ante el
Ministerio Público Federal (MPF) por crímenes contra el estado
democrático y prevaricato. Las manifestaciones que empezaron el domingo
30 por la noche para rechazar el resultado de la votación no fueron
espontáneas. Se armaron al menos dos semanas antes por Telegram y
Whatsapp, y además las difundieron en Youtube personajes como el militar
retirado Durval Ferreira o ciertos espacios de la ultraderecha con
miles de seguidores en las redes: la Confederación de la Derecha
Brasileña, Conservadores, el grupo Renato Barros y la sociedad civil
OCS, entre otros.
En la periferia de esta ciudad, el corte principal
de rutas se produjo entre la noche del 30 y la madrugada del 31 cuando
se interrumpió el tránsito en la autopista que lleva hacia el aeropuerto
de Guarulhos. Decenas de vuelos tuvieron que ser demorados o
cancelados. Ya sobre el mediodía del lunes, los golpistas se corrieron a
un costado de la autovía y permanecieron ahí vestidos con sus camisetas
de la selección brasileña y banderas verdes y amarillas.
Los
camioneros que bloquearon caminos fueron en muchos casos multados, otros
festejados por la Policía Militar – como se vio en San Pablo cuando
cuatro uniformados les hicieron la venia a los golpistas – y en las
últimas 24 horas se notó que los cortes empezaban a disminuir. En Minas
Gerais pasaron de 12 a 8, en Río Grande do Sul la Policía reportó que no
quedaba ninguno, pero hubo una excepción: Santa Catarina. El estado
cuyas playas eligen cada verano decenas de miles de argentinos, desde
Florianópolis a Camboriú.
Bolsonaro sacó en Santa Catarina el 69 por
ciento de los votos. El valle de Itajaí es el Lebensraum o espacio vital
alemán, un enunciado que surge de la doctrina de colonización
hitleriana de los años 30 y 40 en Brasil. En esa región del sur se
levanta la ciudad serrana de Blumenau, célebre por su festival de la
cerveza.