La consigna era “hay que matar a Cristina, se necesita un héroe que
gatille”. En ese marco, la influencia sobre Fernando Sabag Montiel y
Brenda Uliarte resultó decisiva. Ambos estuvieron en la escena aquel 1
de septiembre y a esta altura no se sabe si hubo dinero para “volarle la
cabeza” (como dijo CFK) a la vicepresidenta. El dúo, Sabag y Uliarte
participó de una marcha, una fiesta y una sesión de red social live de
Revolución Federal, siempre con el crimen como tema central. Pero un
elemento clave de las andanzas del grupo neonazi fue el financiamiento:
el juez Marcelo Martínez de Giorgi ordenó allanamientos este viernes
para saber cuánto de los 12 millones de pesos que recibió Morel de
Caputo Hermanos -la empresa de la familia allegada a Mauricio Macri-
fueron efectivamente para muebles y cuánto fue para Revolución Federal.
En paralelo, es evidente que el diputado del PRO, Gerardo Milman, estaba
al tanto del ataque. Tenía vínculos con Revolución Federal, estuvo en
la marcha de las guillotinas con el grupo neonazi y María Mroue, una
allegada a Carolina Gómez Mónaco, la exMiss Argentina que figura como
asombrosa colaboradora de Milman, fue la primera en entrevistar a
Uliarte vendiendo copos, en una nota groseramente armada. Esa es la
ilación sobre la que trabajan los abogados de Cristina e implica una
mirada de conjunto sobre todas las puntas de la investigación. Lo grave
es que la jueza María Eugenia Capuchetti se niega a investigar los
hechos como un todo y por eso será recusada este lunes.
Milman estaba al tanto
El
punto central de la recusación de la magistrada, planteada en el
escrito de José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, será su negativa a
avanzar en la pista en torno al legislador del PRO. Es que Milman dejó
muchos dedos marcados:
*El 19 de agosto, 13 días antes de la
tentativa de magnicidio, presentó aquel proyecto en el que mencionó que
habría un “falso ataque a Cristina”.
*En esos 13 días insistió además con que la custodia de CFK era demasiado grande, o sea sugiriendo que la reduzcan.
*El
30 de agosto, Milman estuvo en la confitería Casablanca y habría dicho
“cuando la maten estaré en la Costa”. Lo declaró bajo juramento el
asesor Jorge Abello, que trabaja con el diputado Marcos Cleri.
*Las
dos colaboradoras que estaban con Milman mintieron, en especial Gómez
Mónaco que estuvo una hora y 15 minutos en la confitería y ante la jueza
afirmó que desde hacía meses que no iba a Casablanca. Imposible que se
haya olvidado. La jueza permitió la mentira descarada de Gómez Mónaco
pero -sin necesidad alguna- sacó copia de la denuncia de Milman y mandó a
enjuiciar a Abello por falso testimonio. Capuchetti ni siquiera aceptó
la certificación del mensaje en que Abello le avisó a Cleri que había
escuchado a Milmn.
Cuando Ubeira y Aldazabal pidieron que se
secuestren los celulares de Gómez Mónaco para verificar si aparecían
elementos que confirmaran lo que es evidente, que Milman sabía de la
tentativa de asesinato, la jueza lo denegó. En el recurso ante la Cámara
Federal M (por macrista), integrada por Leopoldo Bruglia, Mariano
Llorens y Pablo Bertuzzi, el abogado Ubeira disparó: “se le permitió a
las colaboradoras de Milman borrar la evidencia y ¿cómo voy a confiar en
usted doctor Llorens que quiso meterla presa a Cristina Kirchner aún
después del atentado?”.
Parece obvio que Capuchetti va a rechazar
todos los términos de la recusación, pero en Comodoro Py algunos piensa
que podría apartarse por “violencia moral”, o sea que se consideraría
agraviada por los cuestionamientos de los abogados de Cristina. De todas
maneras, es difícil que la Cámara M la aparte: no le permitirán que
deje de estar al frente del expediente.
Los contactos de Milman
La
lógica de la investigación indicaría que la justicia debe averiguar
cómo es que Milman sabía que iban a intentar matar a CFK. Sucede que el
diputado es del PRO y de Juntos por el Cambio, por lo cual parece
intocable para Comodoro Py. Los hilos son los siguientes:
*En
principio por sus vínculos con Revolución Federal. El 9 de julio estuvo
en la marcha en la que el grupo que hablaba de matar a Cristina llevó
una guillotina al Obelisco y a Plaza de Mayo. No le molestó el perfil
violento. Y para nada se puede descartar que los de Revolución Federal
le hayan contado a Milman que “sus amigos”, los vendedores de copos,
iban a dispararle a CFK.
*Página/12 en su momento reveló la insólita
historia de la bella colaboradora de Milman, presente cuando el
legislador habría dicho “cuando la maten estaré en la Costa”. Gómez
Mónaco, sin ningún antecedente, fue designada por Milman directora de la
Escuela de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad. Resulta
notable que ningún miembro de la oposición haya salido a explicar ese
nombramiento. En el mismo mes de su designación, septiembre de 2017,
Gómez Mónaco abrió un sofisticado centro de estética en pleno centro
porteño, con una inversión verdaderamente notable. Una socia de la
exMiss Argentina, de la parte de fitness, María Mroue, fue la primera en
entrevistar a Brenda Uliarte y ponerla al aire en el canal Crónica. La
joven, que participó del atentado, simulaba vender copos y dijo al aire
que tenía un plan social, pero que renunció a él para trabajar. Toda una
mentira armada para la ocasión: nunca tuvo plan social. No es
descabellado pensar que Brenda le contó a Mroue y ésta a Gómez
Mónaco-Milman que iba a mandar a Sabag a dispararle a Cristina. Uliarte
se lo dijo también a otra de sus amigas, Agustina Díaz.
Sea como
fuere, de ninguna manera parece razonable que la jueza recorte la
investigación de la relación Milman-Revolución Federal-Sabag-Brenda y,
en cambio, impulse el falso testimonio de Abello.
La pista del dinero neonazi
Ubeira
y Aldazabal piensan que hay otro hilo de Juntos por el Cambio con el
ataque a Cristina, que se está investigando con mayor fuerza. El juez
Martínez de Giorgi, a cargo del expediente sobre Revolución Federal, ya
dijo que todo debería estar en una única causa. Incluso en los
procesamientos a los integrantes del grupo que encabeza Morel dejó por
escrito que crearon un clima que culminó en el ataque del 1 de
septiembre.
Este viernes, Martínez de Giorgi envióa la Policía de
Seguridad Aeroportuaria (PSA) a Añelo, al lado de Vaca Muerta. Fue a
pedido del fiscal Gerardo Pollicita. Ahí está el edificio que construyó
el fideicomiso de Caputo Hermanos, la empresa de los hermanos de Toto
Caputo, el Messi de las finanzas de Macri. El juez dispuso que fueran a
verificar las cantidades de muebles que Morel-Caputo dicen que se
enviaron a Añelo. El paso siguiente será valorizarlos para ver si
explican los 12 millones de pesos que le mandaron al improvisado
carpintero neonazi.
Página/12 contó en la semana que terminó que
resultó muy difícil encontrar a Caputo Hermanos. El magistrado mandó a
la PSA, pero fueron de un domicilio a otro y terminaron en San Isidro en
un complejo en que el encargado tampoco confirmó que allí funcionaba el
condominio o Caputo Hermanos, pese a que ese era el domicilio
registrado en internet. Tal vez no se quieren exponer mucho, aunque
igualmente la empresa familiar nunca presentó un balance en la
Inspección General de Justicia, como señaló su titular Ricardo Nissen.
La
PSA también fue de visita a los proveedores de muebles, colchones y
lámparas que Morel le entregó a Caputo Hermanos. Algunos funcionan en
casas particulares, en viviendas privadas y unas pocas son realmente
fabricantes. Resulta llamativo que la familia del genio de las finanzas
le haya mandado 12 millones de pesos a un carpintero, sin experiencia,
que no estaba en condiciones de fabricar nada. Martínez de Giorgi
verificará ahora la cuestión de la plata neonazi.
No uno sino dos atentados
La secuencia a analizar, según los abogados de Cristina, es la siguiente:
*Como
dice el juez Martínez de Giorgi, Revolución Federal creó las bases:
insistió e insistió en que había que matar a Cristina. “Hay que matarlos
a todos”, “dispararle a CFK, a Máximo, a Alberto Fernández”. Repetido
en forma permanente.
*En ese marco, no se prepararon uno sino dos
ataques. El referente de la venta de copos, Gabriel Carrizo, afirmó, en
uno de sus mensajes, que Sabag se anticipó, que el plan era dispararle a
CFK una semana después y con un arma que Carrizo habría aportado, una
pistola calibre 22.
*El dinero de Revolución Federal se está
investigando. Morel retiro, en efectivo, lo que le fue mandando Caputo
Hermanos. O sea, no quiso dejar rastro de la utilización del dinero.
*El
vínculo con Milman debe investigarse desde varios ángulos. Su relación
con Revolución Federal, el financiamiento de Caputo Hermanos, la pista
que pasa por su extraña colaboradora y con María Mroué, que armó la
entrevista con Uliarte.
Las piezas del rompecabezas parecen encajar,
razonan Ubeira y Aldazabal. El problema es que hay casi todo un
edificio, Comodoro Py, que -como señaló CFK- quiere a la vicepresidenta
de acusada, no de víctima.