Mientras los hinchas empezaban a llegar en caravana al aeropuerto
internacional de Ezeiza para esperar allí al plantel e la selección que
llegará cerca de las dos de la madrugada del martes, en Casa Rosada todo
el lunes se vivió con tensión, expectativas y ansiedad por saber si los
jugadores, luego de su paso por la 9 de Julio y por el Obelisco, irían o
no a festejar el triunfo a la Casa de Gobierno con el presidente
Alberto Fernández. Cerca del mandatario aseguraban que el Presidente
decía a sus íntimos que, más allá de su deseo o no de tener la foto con
los jugadores, la copa "es de los jugadores" y que "ellos pueden hacer
lo que quieran".
"Desde aquí siempre se dijo que se hace lo que los
jugadores y el cuerpo técnico decidan, para evitar cualquier tipo de
especulación política. Si deciden venir serán muy bien recibidos",
resaltaban cerca del mandatario. Mientras tanto, a las seis de la tarde
comenzó una reunión en el despacho del ministro de Seguridad, Aníbal
Fernández, con sus pares de provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, y
de CABA, Marcelo D Alessandro, para organizar el importante operativo
que se desplegará mañana.