El primer latinoamericano en lograrlo. En las últimas horas recibió el
galardón durante un acto desarrollado en el Aula Magna de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Oslo donde resaltó la importancia de la
educación pública en su trayectoria: «fue excepcional y clave para mi
formación».
En su discurso, Caffarelli manifestó: “Es un profundo
reconocimiento y estoy muy agradecido a la Academia y al Comité. Estuve
inspirado por la elegancia de las matemáticas y su capacidad para
resolver problemas, con el poder de transformar el mundo como lenguaje
universal que son. Espero que estos colectivos continúen teniendo un
impacto positivo en la sociedad”. Agradeció a las diferentes
instituciones en las que desempeñó su carrera y a los numerosos
colaboradores y profesores, entre ellos su colega y esposa Irene Gamba,
con quienes compartió el desarrollo de sus investigaciones. Y acotó:
“Quiero expresar mi profunda gratitud a las instituciones que me
apoyaron en la carrera, entre ellos el Colegio Nacional de Buenos Aires y
la Universidad de Buenos Aires. La educación pública fue excepcional y
clave para mi formación. Mi llegada a Estados Unidos se dio también
gracias a un programa de intercambio que funcionaba, luego de haber
tenido una fuerte educación en Matemáticas en la Universidad de Buenos
Aires”. En representación del gobierno argentino estuvo el ministro de
Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, quien expresó: “Es un
enorme orgullo que Caffarelli destaque en cada entrevista, en cada
declaración, su formación en la universidad pública (la UBA) y su
pertenencia al Conicet. Además, permanentemente colabora con el Programa
RAICES ofreciendo ayuda y proponiendo caminos para la formación de
nuestras investigadoras e investigadores en Estados Unidos. No solo se
preocupa por investigar sino por ver cómo sus desarrollos aportan a la
resolución de nuestros problemas como sociedad en aplicaciones
concretas. Hoy prácticamente no hay disciplina que no requiera del
aporte de las matemáticas para su desarrollo, y es por eso que
necesitamos que la ciencia y la tecnología sea una política de Estado en
nuestro país con financiamiento creciente, sostenido y federal. Este
merecido premio representa una gran emoción para nuestro país”.
El
Comité del premio, compuesto por cinco matemáticos de renombre
internacional, recomendó la elección de Caffarelli por su destacado
trabajo en el área de las ecuaciones diferenciales parciales que son
herramientas utilizadas para modelar el mundo natural. En la ceremonia
estuvo presente el rey de Noruega, Harald V. De las ecuaciones
diferenciales al «Nobel»
Caffarelli ganó el premio por sus
«contribuciones fundamentales a la teoría de la regularidad de las
ecuaciones diferenciales parciales no lineales, incluidos los problemas
de frontera libre y la ecuación de Monge-Ampère», según la información
oficial.
Las ecuaciones diferenciales son herramientas que la ciencia
utiliza para predecir el comportamiento del mundo físico. Estas
ecuaciones relacionan una o más funciones desconocidas y sus derivadas.
Las funciones representan generalmente cantidades físicas, las derivadas
representan sus tasas de cambio y la ecuación diferencial define la
relación entre las dos. Esas relaciones son corrientes, por lo cual, las
ecuaciones diferenciales desempeñan un papel de gran importancia en
numerosas disciplinas, entre las que se incluyen la física, la economía y
la biología.
Las ecuaciones diferenciales parciales aparecen
naturalmente como leyes de la naturaleza para describir fenómenos tan
diferentes como el fluir del agua o el crecimiento de las poblaciones.
Estas ecuaciones fueron objeto constante de intenso estudio desde la
época de Isaac Newton y Gottfried Leibniz. Pero las cuestiones
fundamentales relativas a la existencia, singularidad, regularidad y
estabilidad de las soluciones de algunas de las ecuaciones clave siguen
sin resolverse.