Cristina Kirchner expresó su respaldo al titular de la Aerolínea ,
Mariano Recalde, al afirmar que en su cargo “no lo puso el Espíritu
Santo, lo nombró esta presidenta”, al tiempo que puso en claro que el
plan que se presentó el lunes pasado para optimizar a la compañía “fue
elaborado y me fue consultado paso a paso en Olivos”.
“Que nadie se confunda –advirtió-: la que decida es esta presidenta, por mandato popular”.
Felicitó a Recalde “porque a pesar de que Aerolíneas sigue siendo
deficitaria, como lo son la mayoría de las aerolíneas del mundo, ha
hecho una reducción más que notable de ese déficit que al 2010 era del
48 por ciento, con la incorporación de nuevos vuelos, y líneas
federales”, además de sustanciales aumentos salariales para todos los
gremios que trabajan en la empresa.
Recordó que cuando anunció la decisión de restituir al Estado la línea
de bandera, lo hizo en coincidencia con el “voto no positivo del
vicepresidente” Julio Cobos a la resolución 125 a las retenciones
agropecuarias, lo que calificó como “el momento más difícil de todo el
gobierno que comencé el 10 de diciembre del 2007”.
“Lo digo –acotó- porque por ahí uno escucha que no se pueden hacer cargo
de un Subte administrado por una empresa nacional, solvente, con un
solo gremio, en una situación económica y social sustancialmente
diferente”.
Evocó que cuando resolvió que el Estado se hiciera cargo de Aerolíneas,
la empresa “estaba vaciada, quebrada, sin aviones, dejada de la mano de
quienes la habían quebrado, y por el desempeño también de seis
sindicatos en su interior, pues es complicado conducir cualquier empresa
con seis sindicatos”.
“En ese momento –dijo- tuve el compromiso como presidenta, y pedí también un compromiso de los trabajadores de la línea”.
En ese momento, y cuando surgieron cánticos entre los trabajadores que
participaron del acto, en contra del dirigente de APTA, Ricardo
Cirielli, la presidenta respondió: “No, no es cuestión de enfrentarlo,
es cuestión de que trabaje; no hay que pelear, no hay que confrontar,
hay que persuadirlos de que trabajen todos los días para levantar más la
línea”.
Detalló las mejoras salariales que recibieron desde la recuperación de
la empresa los trabajadores de Aerolíneas, en un promedio de entre un
100 y un 300 por ciento más.
Dijo a continuación que ante esa realidad, “da un poco de desilusión tan
poca correspondencia por lo que hemos logrado y lo que han recibido:
nadie pretende que nos den las gracias, pero defiendan lo que es de
ustedes”, y alertó que “el día que esto se acabe, a los primeros que se
llevan puestos es a los trabajadores argentinos” y pidió: “Que se
notifiquen todos de esto, porque yo voy a seguir viviendo y comiendo,
pero se van a llevar puestos a los trabajadores”.
Lamentó los “boicots encubiertos” mediante acciones sindicales, que
determinan la cancelación de vuelos, y señaló que “se entendía cuando lo
hacían en la época de Marsans”, cuando esa compañía gerenciaba la
empresa, pero “ahora, hacer lo mismo, con un gobierno votado por el
pueblo, que recuperó la línea de bandera, me hace sentir que la frase de
‘Aerolíneas somos todos’ parece ser en realidad ‘Aerolíneas son unos
pocos’, y yo quiero que sea para los 40 millones de argentinos”.
Pidió entonces “el máximo de colaboración, porque esta presidenta no es
eterna ni lo quiere ser, ni pretende serlo”, por cuanto “no sea cosa
–continuó- que en algún momento no venga en lugar de doña Rosa, una doña
Elena, y piense que el Estado es muy mal gestionador, y la historia
termine como empezó”.
Tuvo también palabras de elogio para los jóvenes, al señalar que “parece
ser un pecado ser jóvenes, o hablan como rémoras del pasado, frente a
jóvenes que lograron que hayamos incorporado a Aerolíneas a IATA y Sky
Team, que nos hayan puesto de nuevo en la línea de bandera digna”.
Afirmó que, en cambio, “los chiquilines son los que dicen ‘no te dejo
volar en mi avioncito’”, en alusión a conflictos gremiales.
Pidió también a los trabajadores que “reflexionen” y señaló su esperanza
de que el fin de semana largo que se acerca no sea motivo de problemas
en los vuelos.
Inversiones
En su discurso, la presidenta enumeró las inversiones realizadas en la gestión actual de Aerolíneas:
-Se compraron 20 aviones Embraer por 700 millones de dólares;
-Dos aviones Boeing 737 700 por 80 millones de dólares
-Equipos de rampa por 10,5 millones de dólares
-Sistemas de hardware por 18 millones de dólares
-En material aeronáutico y reparaciones, 515 millones de dólares.
-Vehículos, 400 mil dólares
-Herramientas, 10 millones de dólares
-Instrucción de pilotos, 89 millones de dólares
-Uniformes, 1.173.000 dólares
-Proyectos de ingeniería para el nuevo hangar, 1 millón de dólares
-Obras y remodelaciones, 4 millones de dólares
-Simulador, 23 millones de dólares
Todo eso totaliza , a la fecha, dijo la Presidenta, 1.453 millones de dólares.
También detalló que aumentaron en un 8 por ciento los puestos de trabajo y hubo un 40 por ciento más de productividad.