Fuentes al tanto de las negociaciones confirmaron a LPO que el Fondo
aceptó aflojar la exigencia de bajar el déficit fiscal al 1.5% del PBI.
Como anticipó en exclusiva LPO, Massa estaba plantado en un déficit del
1,9% y este era el principal motivo que trababa el acuerdo.
Luego de
esa nota, el propio Massa confirmó que la tensión venía por ese lado,
cuando el jueves pasado en un acto le advirtió al Fondo: "No nos vamos a
rendir en el altar del ajuste". El Fondo aumentó sus exigencias de
ajuste, luego que el ministro se negara a devaluar, porque lo
consideraba políticamente inviable en medio de una campaña presidencial,
que encima lo tiene como candidato del peronismo.
El Fondo aumentó
sus exigencias de ajuste, luego que el ministro se negara a devaluar,
porque lo consideraba políticamente inviable en medio de una campaña
presidencial. Pero Massa rechazó bajar el déficit al 1,5%. Luego de la
conversación de Massa con Georgieva, el Palacio de Hacienda filtró que
este lunes finalmente viajará a Washington la misión encargada de cerrar
el acuerdo.
Según informaron a LPO las fuentes consultadas, el Fondo
también habría aceptado que no haya revisiones del acuerdo durante la
campaña electoral.
Por ahora, los funcionarios que viajan a
Washington a cerrar la letra chica del acuerdo, son el viceministro de
Economía, Gabriel Rubinstein y el jefe de asesores, Leonardo Madcur.
Massa se quedará en el país.
La conversación entre Massa y Georgieva
no es casual. La Casa Blanca está jugando fuerte para que el FMI apruebe
la renegociación con la Argentina. La presión es tan intensa que generó
molestia en los representantes de Francia y Alemania, como confirmó a
LPO una fuente al tanto de las negociaciones. "Le están consintiendo los
caprichos a Massa", protestaron los europeos. En efecto, la geopolítica
no es ajena a esta negociación. Cuando el FMI endureció su posición, el
representante de China avisó al board del organismo que su país podría
cubrir los vencimiento de Argentina, lo que de inmediato encendió luces
rojas en la Casa Blanca, que lo último que quiere es que crezca aún más
la influencia de su rival global, en su propio continente. El gobierno
trató de aprovechar esa tensión en beneficio propio y acaso no
casualmente la semana pasada filtró la posibilidad de equipar la Fuerza
Aérea Argentina con cazas chinos. Tal vez por eso, el embajador
norteamericano, Marc Stanley, convocó la semana pasada a importantes
empresarios argentinos a la Embajada, para ponerlos al tanto del apoyo
decidido de la Casa Blanca a la Argentina en su negociación con el
Fondo.