 
		
 Los números, con proyección de indecisos, son: 39.9 Kicillof, 31 
Grindetti y 22,4 Píparo. Las últimas encuestas conocidas coincidían en 
la ventaja del gobernador respecto de sus opositores, que se amplió 
respecto de las elecciones de agosto pasado, pero situaban a ambos 
candidatos opositores, el intendente de Lanús en uso de licencia y 
presidente de Independiente, Néstor Grindetti, y la diputada nacional 
Carolina Píparo, virtualmente empatados, con diferencias a favor de uno u
 otro menores al margen de error muestral.
Otro dato relevante es que
 las diferencias entre la medición de los distintos candidatos a 
gobernador y sus respectivos candidatos presidenciales, son mínimas y, 
por lo tanto, verosímiles: Sergio Massa puntea con 38,8 (apenas un punto
 menos que Kicillof), seguido por Patricia Bullrich con 31,6 (medio 
punto más que Grindetti) y cierra Javier Milei con 23,7 (1,3 más que 
Píparo). Con estos números en la provincia de Buenos Aires, el distrito 
de mayor peso electoral del país, las proclamadas intenciones del 
candidato de ultraderecha de definir en octubre no parecen realistas.
Históricamente,
 el corte de boleta espontáneo en provincia no supera los 3 o 4 puntos, 
de manera que es un fenómeno habitual que, a medida que se aproxima la 
fecha de las elecciones, la diferencia entre quienes comparten boleta se
 reduzca hasta estabilizarse en porcentajes iguales o menores a esa 
cifra. La encuesta incluye una serie de preguntas vinculadas al humor 
social y la preocupación por la economía. El 52,4 por ciento cree que la
 situación empeorará en los próximos meses, el 21,4 cree que se 
mantendrá estable y el 19,4 cree que mejorará. Respecto al ánimo o 
sentimiento dominante, es la primera vez que el pesimismo cae al segundo
 puesto, con 32,7, detrás de la incertidumbre, con 35,8. El 21,8 se 
manifiesta optimista y el 9,7 no sabe.
Economía y humor social
El 
estudio incluye una pregunta sobre la injerencia del FMI, que forzó una 
devaluación de 20 puntos el lunes posterior a las PASO y, según declaró 
el ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa, 
pretendía originalmente llevarla al 60 por ciento.
Ante la consulta 
“¿Con cuál de estas frases se siente más identificado?”, casi el 24 se 
inclinó por “El ajuste es necesario pero debe ser compensado con 
políticas sociales”, para el 23 “El ajuste no es suficiente y son 
necesarios mayores recortes”, para el 17 “El ajuste beneficia al FMI y 
golpea a trabajadores y jubilados”, para el 15 “el gobierno no está 
llevando adelante un ajuste” y el 20 restante no sabe.
Las últimas 
decisiones de Sergio Massa parecen una respuesta a medida para ese 
mayoritario 24 por ciento que reclama contención social, que se podría 
extender a los 17 de cada cien disconformes con la tutela del FMI. Sin 
embargo, hasta acá ningún estudio pregunta por el conocimiento del 
origen de la deuda con el Fondo, ni profundiza en cruces que permitan 
saber qué sector de la sociedad reclama un ajuste mayor o cómo los 
afectaría.  Durante los primeros dos años de su gestión, durante la 
pandemia y antes del acuerdo, la decisión del presidente Alberto 
Fernández fue no hablar de la "pesada herencia", ni del FMI, ni de 
Macri. Varios expertos coinciden en señalar que esa omisión le resta 
competitividad al oficialismo y permite cierta soltura para que los 
candidatos de JxC hablen de economía, como si no tuvieran 
responsabilidad sobre el presente. Los videos de la cuenta de Instagram 
Indisciplinados, que creció mucho en las últimas semanas, parecen abonar
 esa hipótesis.

