En el tercer día de este ataque inédito, el Ejército israelí anunció que
«controla» localidades del sur donde había infiltrados de Hamas, pero
admitió que «podría haber aún terroristas en la zona», según un portavoz
militar.
Más de 700 israelíes murieron en el ataque y 2.150
resultaron heridos, según un nuevo balance publicado por el Ejército
esta mañana, y del lado palestino se llevan registradas 436 muertes, de
acuerdo con las últimas cifras de difundidas por autoridades locales.
Sin
embargo, el Ministerio de Salud israelí dijo este mediodía que el
número de muertos en Israel supera los 800, y que la cantidad de heridos
en los hospitales asciende a más de 2.400.
Decenas de miles de
soldados israelíes están siendo desplegados cerca de la Franja de Gaza,
un empobrecido territorio con 2,3 millones de habitantes, controlado por
Hamas desde 2007.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ordenó este lunes un «asedio completo» del enclave.
«Estamos
imponiendo un asedio total a Gaza (…) ni electricidad, ni comida, ni
agua, ni gas, todo cerrado», dijo Gallant en un video.