Puntualmente en materia productiva los empresarios se quejaron por la falta de insumos importados.
En
esta ocasión la Pro Textil.23 conmemora los veinte años del nacimiento
de la Fundación Pro Tejer, que aúna a las principales empresas del
sector textil e indumentario a lo largo de toda la cadena de valor. Una
cadena que es fuertemente federal: en las provincias del Norte Grande
argentino es la principal generadora de empleo y en otras cuatro
provincias se ubica en el segundo lugar. Es también una fuente principal
para el empleo femenino. Los indicadores del sector son buenos,
especialmente en comparación con otras industrias que experimentan un
estancamiento mayor. A partir de agosto, no obstante, el parate aquí se
tornó relevante y lo explican por la caída del poder adquisitivo de la
población y la falta de divisas para la importación.
Además de la
cuestión política, la remanida molestia por las trabas en las
importaciones que supuso la administración de un flujo de divisas escaso
durante 2023 ocupó el centro de la entrevista. “Manejamos los mismos
datos que el gobierno y esperamos que en 2024 esta situación se
modifique [en cuanto al balance externo] pero también tenemos deudas por
importaciones devengadas”, aclaró Galfione respecto de la presión
importadora de cara al año próximo. Algunos insumos puntuales del
sector, que dejaron de fabricarse en el país, como la fibra sintética y
ciertos colorantes, son abastecidos por el mercado externo,
principalmente Brasil, China y Corea del Sur.
El retraso en la
aprobación de las SIRA para importar la fibra sintética, el aumento en
el precio del dólar (los empresarios aseguraron que descuentan sus
costos al dólar blue) y los altos costos financieros ya que “las
entidades bancarias en Argentina no están dando financiamiento para el
pago de importaciones” fueron los factores clave identificados por los
empresarios como motor de sus costos. A su vez marcaron una diferencia
entre el comportamiento de los precios mayoristas –en donde incide el
grueso de las empresas del sector- y los minoristas –donde afectan el
resto de las condiciones sistémicas como los impuestos y las altas tasas
de interés, los primeros crecieron 79,7 por ciento interanual en el
rubro de indumentaria y calzado en septiembre y los minoristas 118,6 por
ciento.
Además recordaron que la apertura de las importaciones de
prendas de vestir fue en su momento aprobada por el ministro de
Economía, Sergio Massa, como una estrategia para frenar la fuerte
escalada de precios que experimentó el sector a la salida de la
pandemia. Los empresarios se distanciaron de las propuestas aperturistas
del espacio de La Libertad Avanza pero también plantearon sus reparos
respecto de la coyuntura actual. Como se dijo, desde agosto la actividad
se encuentra estancada y enfrenta uno de los niveles más bajos de
utilización de la capacidad instalada de todo el sector industrial
nacional: cerca del 40 por ciento está ociosa. Esta perspectiva se
compensa al considerar los últimos tres años que fueron de crecimiento e
inversiones en el sector, “desde la salida de la pandemia se crearon
más de 13.000 nuevos puestos de trabajo, siendo el tercer sector
industrial con más creación de empleo registrado desde 2020”, afirmaron.
No somos Roma
“Esto
no es Roma que hay que incendiarla al estilo Nerón”, dijo claro Jorge
Sorabilla, secretario de Pro Tejer y representante del sector dentro la
Unión Industrial Argentina (UIA). En ese sentido, recordó que “la
decisión [política] es sencilla”. “Vamos por la racionalidad. Creemos
que las cosas hay que cambiarlas cuando están mal, no cuando están
bien”, agregó. Y además matizó el insistente pesimismo que transmiten
quienes opinan desde la Capital Federal en contraste con las opiniones
que escucha en el resto del país: “Parecería que en el interior las
cosas no están tan mal, hay una mirada más optimista de las cosas”,
afirmó. En general las expresiones de los empresarios fueron optimistas
también respecto al futuro del país.