El gobierno dice que no hará falta otra devaluación, pero los mercados opinan lo contrario La inflación pulverizó los efectos del ajuste cambiario de diciembre. El valor real del dólar se acerca al de la época de Massa. Incógnitas por lo que harán los exportadores de soja. Por: Marcelo Di Bari Mientras la inflación acumulada en los dos meses que lleva Javier Milei como presidente ronda el 50%, el gobierno trata de convencer a los mercados de que no hay riesgo de una nueva devaluación, a pesar de que la actualización del dólar es de sólo 2 % mensual.
El propio ministro de Economía, Luis Caputo, se metió en las redes
sociales (la vía de comunicación preferida por este gobierno) para
persuadir a analistas y formadores de opinión de que no habrá otro salto
brusco en el tipo de cambio, al menos en el corto plazo.
Las dudas
se generalizaron a partir de que el Banco Central mantuvo casi sin
cambios el ritmo del crawling peg (sistema de microdevaluaciones
diarias) luego del fuerte ajuste practicado apenas asumió la conducción
económica, cuando el dólar oficial subió 118 % (de $ 360 a $ 800). El
viernes, al cierre de la jornada, el valor de la divisa en el mercado
mayorista (en el que se transan las operaciones de comercio exterior)
era de $ 831.
Eso se traduce en que gran parte de la devaluación del
peso perdió su efecto. Y que las consecuencias devastadoras que produjo
en el mercado interno (fogonazo inflacionario como consecuencia del
«pass through» o traslado a los precios domésticos, más el consecuente
deterioro de los ingresos reales de la población) pueden haber caído en
saco roto. Según un análisis de Aurum Valores, una de las agencias de
bolsa más conocidas del mercado, «el tipo de cambio real ya es igual al
del día de la devaluación de Massa a $ 350», en referencia al ajuste
hecho por el ministro del anterior gobierno en agosto de 2023, a
instancias del Fondo Monetario Internacional, y a la inflación
transcurrida desde ese entonces. «Los precios de las materias primas
agropecuarias (parte de los «fundamentals» del tipo de cambio de
equilibrio) caen desde ese día un 16%», agrega el informe. Por ahora en
el gobierno no se hacen demasiados problemas con ese tema. En el Banco
Central muestran una estadística irrefutable: en nueve semanas del nuevo
gobierno la entidad compró alrededor de 6900 millones de dólares en el
mercado abierto, ayudada en parte por la decisión de suspender la venta
de divisas en el primer mes de las nuevas autoridades. Si el dólar
estuviera atrasado, razonan, los exportadores no liquidarían.
Hipótesis de inflación
La
idea del gobierno es que un dólar estable sirva como un ancla nominal
adicional al que brinde el fuerte ajuste fiscal en marcha. En lo que hay
coincidencias es que el mantenimiento de la paridad cambiaria exige
bajar el ritmo de inflación como condición para que el modelo cierre.
Esa es la mayor preocupación en el Palacio de Hacienda.
Allí creen
que ya a partir de abril podrían verse índices mensuales con un solo
dígito, algo que hoy por hoy parece difícil de conseguir si se
consideran las actualizaciones pendientes en rubros claves del índice de
precios al consumidor: todavía se esperan fuertes reacomodamientos en
los precios de los combustibles, las prepagas, el transporte público y
las tarifas de gas y electricidad, que le pueden aportar unos cuantos
puntos a la inflación en los meses venideros.
El propio Caputo
respondió en las redes sociales al análisis hecho desde una sociedad de
bolsa en el que se alertaba que el tipo de cambio real perdería para
abril toda la competitividad ganada en la devaluación de diciembre. El
trabajo tomaba hipótesis de inflación descendente de 24% en enero a 17%
en abril. «Los niveles de inflación que suponen ese análisis están
bastante alejados de la realidad. Por lo tanto, la conclusión está
sesgada por un supuesto que, hoy por hoy, no comparte nadie», escribió
«Toto» en Twitter.
Pero muchos analistas dudan de las posibilidades
de éxito del esquema si no se le hace un retoque. En el Relevamiento de
Expectativas de Mercado (REM) que el Banco Central publicó esta semana,
las principales consultoras y entidades financieras vaticinaron que el
crawling peg se acelerará en los próximos meses: estimaron que el dólar
oficial estará a $ 909 en marzo y a $ 1080 en abril, con subas mensuales
de 8 % y 19 % respectivamente.