Antes de definir medidas, la CGT ya oficializó estar dispuesta a discutir una reforma laboral. Presentaron el documento "Agenda para un nuevo Contrato social", en el que aceptan discutir una modernización laboral a través de los convenios. Por la tarde definen si habrá un nuevo paro nacional. Ver los comentarios de Antes de definir medidas, la CGT ya oficializó estar dispuesta a discutir una reforma laboral Compartir Antes de definir medidas, la CGT ya oficializó estar dispuesta a discutir una reforma laboral en Facebook Compartir Antes de definir medidas, la CGT ya oficializó estar dispuesta a discutir una reforma laboral en X- Por Alfonso de Villalobos.
El miércoles, minutos antes de que sus principales dirigentes
ingresaran a la reunión con el jefe de gabinete Nicolás Posse, el
ministro del interior Guillermo Francos y el Secretario de Trabajo Julio
Cordero, y a un día de su reunión de Consejo Directivo, la CGT difundió
un documento titulado “Agenda para un nuevo Contrato Social”. Allí
establecen algunos parámetros de lo que consideran deberían ser las
medidas a través de las cuales se puede avanzar en un consenso con el
gobierno. Se trata de un gesto deliberado hacia el gobierno con el
propósito de buscar acuerdos y, eventualmente, desalentar la posibilidad
de un nuevo paro general a menos de 24 horas más allá de la
movilización pautada para el 1° de mayo.
Sin reforma laboral en la ley de Bases
Como
adelantó este diario en su edición dominical, el sector más dialoguista
y mayoritario en el Consejo Directivo de la Central, integrado por los
Gordos y los Independientes, marcó como límite y eventual disparador de
un paro general, la incorporación en la nueva ley de Bases de la reforma
laboral esbozada en el DNU 70/23 que se encuentra suspendida por un
fallo de la justicia laboral.
El gobierno recibió a la CGT pero ratificó su intención de no homologar paritarias por arriba de la inflación.
El
texto de la ley se conoció el martes a última hora y esa posibilidad no
se concretó. Se espera que el gobierno, en tándem con algún sector de
la oposición, elabore un proyecto particular con el propósito de
desregular el mercado de trabajo. Tanto el bloque radical como el
diputado del PRO Ricardo López Murphy adelantaron contar con sendos
proyectos con ese propósito.
El texto difundido ayer por la CGT, tal
como había adelanto el secretario adjunto Andrés Rodríguez en la
conferencia de la Amcham, acepta la posibilidad de revisar la
legislación laboral en tanto expresa su voluntad de “avanzar hacia una
legislación laboral adecuada a las características de la sociedad
actual”. Esto implica reconocer que la actual legislación laboral
condensada en la Ley de Contratos de Trabajo resulta obsoleta para dar
cuenta de la realidad del mercado de trabajo actual.
¿Convenio por convenio?
En
el documento la CGT pone como condición de esa eventual reforma que la
misma contemple los convenios de trabajo pero nada dice de la mentada
ley 20.744 de Contratos de Trabajo que es la que establece el marco
legal y el piso de derechos para los trabajadores y es la que,
eventualmente, un proyecto de ley debería modificar.
Así las cosas,
la alternativa que acercaron ayer a las autoridades es la de eludir un
proyecto de ley y viabilizar la actualización de los convenios sector
por sector (el camino adoptado por el macrismo luego de las protestas de
diciembre de 2017), o eventualmente, aceptar un proyecto de ley que
ofrezca lineamientos generales y habilite determinadas reformas a través
de la negociación colectiva sectorial.
Una redacción de esa
naturaleza está presente en el DNU 70/23 en lo que refiere a la
conformación de Fondos de Cese Laboral como el que rige en la UOCRA y
que Armando Cavallieri se apresuró en mostrar su predisposición a
adoptarlo en el gremio mercantil.
A la vez, el documento de la CGT,
propone avanzar en mecanismos de regularización del empleo a través de
regímenes especiales que, en los hechos, implicarían eludir la Ley de
Contratos del Trabajo. Es lo que se encuentra implícito en su propuesta
de avanzar en una “ley de Primer Empleo con beneficios impositivos a las
pequeñas y medianas empresas que contraten personal” o en la de
“estimular el ingreso al sistema de aquellos trabajadores que se
encuentran en situación irregular”. Lo mismo con relación a los
estímulos para integrar beneficiarios de los planes Potenciar Trabajo
que ya tuvieron versiones anteriores en los programas “Empalme” o de
“Inserción Laboral”. En todos los casos se trata de mecanismos que
permiten eludir los convenios vigentes y ofrecer exenciones en lo que se
refiere a las contribuciones patronales.
Salud, educación y jubilaciones
Entre
otros de los puntos presentados por la CGT destaca la reivindicación
del sistema de obras sociales y el reclamo de su “fortalecimiento”,
entendido como la búsqueda de mecanismos para respaldar su
financiamiento con fondos de la Superintendencia de Servicios de Salud
así como buscar una eventual articulación con el sistema público y el
privado.
Además, entre una serie de lineamientos en materia de
desarrollo industrial, proponen “revisar la escuela de formación técnica
con articulación progresiva entre la universidad y el sistema
productivo”. El planteo coincide con los lineamientos que el Consenso de
Washington sugirió en la década del noventa para lo que fue la ley de
educación superior e implica, a través de la CONEAU, la injerencia del
sector privado en los contenidos de las currículas de carreras de la
universidad pública.
Esa política pudo avanzar parcialmente en las
últimas tres décadas y es resistida por los sindicatos de docentes
universitarios, las organizaciones estudiantiles e incluso decanos de
diversas facultades porque, consideran, implica un subsidio estatal al
sector privado en la formación de profesionales y técnicos acordes a sus
necesidades de lucro y no a las de la sociedad en general.
En lo que
se refiere al sistema previsional, la CGT formula, entre otras, dos
propuestas que también resultan polémicas. Por un lado, en oposición a
la nueva fórmula de movilidad, proponen establecer el haber mínimo en
función del salario mínimo vital y móvil que se actualiza en forma
periódica a través del Consejo del Salario que convoca el poder
Ejecutivo y del que participan las tres centrales sindicales y las
cámaras empresarias y que, en la actualidad, se ubica en los $202.800
mientras el haber mínimo hoy, con el bono, llega hasta los $241.283.
El
salario mínimo, además, no cuenta con un criterio de actualización por
inflación o evolución de los salarios y, por lo tanto, queda sujeto la
negociación y la eventualidad de un laudo minsiterial o un decreto del
poder ejecutivo como ocurrió en la última actualización.
En la
actualidad sí existe una normativa que dispone que el haber mínimo para
los jubilados que perciben la mínima y no hubieran accedido a ella a
través de una moratoria sino con sus propios aportes, no puede ser
inferior al 82% del SMVM, una cláusula que, por el atraso de ese haber,
se ha activado en contadas ocasiones. De esa forma, la Central abandona
el reclamo histórico del 82% móvil derogado por la reforma previsional
del menemismo que disponía que el jubilado cobrara un haber equivalente
al salario neto vigente de la categoría en la que revistaba al cese de
su actividad.
En segundo lugar, proponen la creación de un “Instituto
Nacional de Previsión y Seguridad Social”. Se trata de un organismo
tripartito con participación empresarial y que, no lo aclaran, podría
reemplazar el sistema estatal que sostiene la ANSES.
Reunión clave de la CGT
Por
la tarde de hoy, a las 14 horas, se reunirá el Consejo Directivo de la
Central que ratificará la movilización del 1° de mayo y debería
considerar la realización o no de un paro general.
A pesar de que el
resultado de la reunión con el gobierno realizada ayer no fue el mejor
en tanto los funcionarios ratificaron la indicación de Luis Caputo de no
homologar acuerdos paritarios superiores a la inflación, por lo
señalado, todo indica que los dirigentes cegetistas buscarán dilatar una
medida y avanzar en las negociaciones con el gobierno que dirán, al
menos, abrió una mesa de diálogo.