El poder económico, en la mayor crisis de su historia, atemorizado por los escraches oficiales . Con 100 mil despidos y una deuda de 300 mil millones de pesos, los constructores prefieren no confrontar a Milei porque “si sacas la cabeza te la cortan”, como al dueño de Swiss Medical. La insólita reunión del jefe de la UIA con el Presidente y su hermana, en pleno derrumbe de la actividad y con 5000 despidos. Por Leandro Renou. El escenario es inédito, sobre todo, porque lo admiten los propios empresarios. Algunos de ellos muy grandes.
Ante la peor crisis de su historia, en las cámaras industriales y de la
construcción hay debates internos y catarsis colectivas muy fuertes,
que conviven con un temor reverencial a la manera de ejercer el poder de
Javier Milei: “no sabemos qué hacer. Levantás la cabeza y te la cortan,
como a Belocopitt. A nadie le importa nada”, aseguraron dirigentes
empresarios de la Unión Industrial Argentina y la Cámara Argentina de
Comercio (Camarco) a Página I12. Lo paradójico es que esa conclusión se
da en paralelo a informes técnicos recientes de actividad que
ameritarían no ya una queja, sino una acción directa contra el Gobierno.
Pero el embate de Milei a Claudio Belocopitt -el dueño de la prepaga
Swiss Medical- surtió efecto y el ejemplo del ceo que encabezó un
aumentazo récord de los abonos y fue sacado de la cancha con un escrache
público y operaciones periodísticas, generó un ruido inusitado en el
sector privado. “Hay una psicosis total, nadie quiere hablar”, contó a
este diario un empresario de la ruralidad que sigue la diaria con
preocupación y afirma que "ese temor lo tienen todos los sectores de la
economía". Parece increíble, pero el Gobierno les blanqueó a muchos ceos
que “hay carpetas de todos”. Eso hizo que les teman “a los escraches
directos a empresas”, como ellos mismo cuentan. En este marco, lo de
Belocopitt vino a confirmar que la embestida de Milei puede ser cruenta
y, además, tampoco ven los ceos que haya respuestas a sus planteos. Asi
es que, hoy, exponerse es lose-lose. Esto último lo planteó un dirigente
importante en una reunión de la Camarco. En ese mitin hubo palabras muy
fuertes contra la política oficial y quejas varias de muchos de los
gigantes, entre ellos Roggio, Chediak, Supercemento, Rovella Carranza y
Panedile. Meses atrás, había sido Hugo Dragonetti, el jefe de Panedile,
quien había tomado la voz cantante ante la decisión de Milei de
paralizar totalmente la obra pública, pero hoy lo siguen todos los pesos
pesados. “Sacando a Paolo, estamos todos en crisis”, se escuchó en ese
cónclave. Es que la constructora de Techint es la única que conservó una
obra grande, el reversal del gasoducto del Norte, que se inició bajo la
gestión de Sergio Massa y ahora continúa. Otro que no emite opinión es
Helport, la constructora de Eduardo Eurnekian, porque no tiene obra
pública, pero la foto del resto es inédita.
Una escena de terror
Desde
que Milei es Gobierno y por el cierre de la obra pública se perdieron
100 mil empleos directos en la construcción y las firmas avisan que “hay
que seguir ajustando”. Esos trabajadores desempleados representan el 25
por ciento del total de obreros de la construcción, la pérdida de
empleos más violenta en muchos años. “Se cayeron 100 mil puestos de
trabajo en 4 meses, no pasó nunca esto. En 2001 creo que habíamos caído
de 300 a 250 mil, para que te des una idea”, confió otro gigante
constructor a este diario.
A este escenario se suma un problema
extra: el gobierno de Milei no pagó la deuda de las obras del Estado
Nacional del 2023 porque, según avisan en el sector, “Caputo se sentó
arriba de la caja”. La referencia es para los manejos del ministro de
Economía, que en el asunto actúa en tándem con Carlos Guberman, el
secretario de Hacienda y el que maneja los números del Presupuesto. Son
los que paran los pagos de deuda, que a esta altura son millonarios: al
día de hoy, la deuda del Estado con los constructores es superior a los
300 mil millones de pesos. Un ladrillero al que aún le queda ánimo para
distender con bromas, explicó que “el Gobierno nacional está en default,
entró en cesación de pagos. Economía no deja que los secretarios
devenguen ni paguen lo que nos deben”.
En paralelo, hoy más de 2000
obras paradas que estaban en actividad. Con la desesperación instalada,
los constructores empezaron por su lado a sondear a bancos privados que
quieran financiar las obras, pero nadie quiere. Además, aclaran, eso
podría representar, a lo sumo el 15 por ciento del total de obras, como
se estila en el mundo y en el modelo chileno, que Milei pregonó como la
panacea.
Desconcierto en Avenida de Mayo
El titular de la UIA,
Daniel Funes de Rioja, cuenta cada vez que puede que estuvo dos horas
reunido, a solas, con el presidente Javier Milei y su hermana, Karina
Milei. El encuentro fue hace unas semanas en la Casa Rosada, y allí
Funes escuchó la teoría de la recuperación en "V" del mandatario, que no
pareció registrar los problemas que atraviesan las fábricas. Funes, que
fue parte del pacto de silencio de los gigantes de la UIA como Techint,
Arcor y Ledesma para no criticar al Gobierno, se vio obligado a salir
de la cueva y exponer en público la crisis. Fue tan fuerte la presión
del Departamento PYMI de la UIA, que los comunicados ya alertan que el
riesgo de quiebre de los pequeños es total y, sobre todo, que no hay en
el corto plazo "luz al final del tunel".
En esa reunión, cuando
Funes le dijo a Milei que había que sostener la demanda, el Presidente
contestó que "hay que trabajar sobre la reforma laboral, el piso de la
crisis ya se tocó". Funes trasladó ese dato a la mesa de UIA y nadie lo
podía creer. Es que más allá de que la reforma laboral sea el sueño
húmedo de los ceos para achicarse y ordenarse, saben que ni por asomo es
el dinamizador de la economía. "Hoy hablas con empresarios textiles y
jugueteros y están sin ventas, en su peor momento de la historia, y sin
interlocutor", relató un pope fabril a este diario, y agregó: "acá en la
UIA hay muchos boludos que en los años del kirchnerismo decían que los
maltrataban, y a la vez se peleaban para sentarse con Cristina Kirchner
en las cenas del Día de la Industria. Esos mismos, ahora le tienen miedo
a Milei y se dejan hacer y decir cualquier cosa. Y encima no venden
nada".
Hace unos días, en esa misma línea de dar datos de una crisis
sin fin, la cámara de metalúrgicos ADIMRA reportó una caída de ventas
de hasta 40 por ciento. Esos números hicieron que Funes saliera por
primera vez en público a blanquear un dato fuerte: “es evidente que la
recesión llegó a la industria -dijo-. Hasta marzo hay una caída de 5000
puestos de trabajo".
De algun modo, la salida forzada de Funes
también es una exigencia de los gigantes, que le temen al escrache
libertario. El dato más llamativo, visto en perspetiva histórica, es del
Arcor, que va camino -después del 2001 y el macrismo- a tener por
tercera vez en su historia ejercicios con números rojos. En los primeros
tres meses de Macri presidente, Luis Pagani, el dueño de la firma, se
reunió con el entonces ministro de Industria, Francisco "Pancho"
Cabrera. Es costumbre del empresario cordobés semblantear a sus
interlocutores políticos. Tras una hora de reunión, Pagani salió y le
dijo a un asesor muy cercano: "olvidate, esta gente no tiene plan
industrial". Horas después, dio una nota periodística con dardos al
gobierno PRO. Hoy, la situación es aún peor, pero a diferencia del
macrismo y hasta de los gobiernos de los Kirchner, el escarnio público y
hasta personal que Milei tomó como método, los tiene guardados y con
temor. "¿Cuánto dura el miedo?", preguntó este diario a varios popes
empresarios. "Lo que banque la calle", respondieron.