"Mi postura es la de oponerme al pedido por el daño que esto le podría producir a las víctimas. Grassi no acepta haber cometido los delitos, no acepta hacer ningún tipo de tratamiento psicológico. El hermano es quien propone el lugar donde va a vivir, pero él también niega los hechos. Por todos esos elementos rechazamos el pedido: por su perfil no está en condiciones de ser externado", aseguró Gallego, en representación del Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en Argentina (Casacidn). A partir de las 11 de este jueves, desde la Unidad Penitenciaria N° 41 de Campana, donde se encuentra alojado en un pabellón para presos con buena conducta, Grassi se conectó de manera virtual para ejercer su propia defensa, ya que se recibió de abogado durante sus años de reclusión. Sin embargo, el 28 de junio de 2022, la condena por abuso al sacerdote fue extendida dos años, hasta el 30 de mayo, tras una apelación presentada por la querella. De esta manera, los 15 años a los que fue condenado el sacerdote comenzaron a regir desde 2013.