“El acumulado de los primeros seis meses del año arrojó una caída del
20% en los patentamientos de cosechadoras respecto de 2023, y del 30% en
el de tractores. Con estos valores creemos que es poco probable que se
pueda recuperar la totalidad del mercado en lo que resta del año. Por lo
tanto, estimamos que vamos a estar, en promedio, entre un 25% y un 30%
por debajo de lo que fue el año anterior”, aseguró Sergio Fernández,
presidente de la entidad. Para contextualizar la gravedad que
representan estas cifras, AFAT recordó que, si se compara las ventas con
las de un año promedio histórico en el mercado de maquinaria (unas 1000
a 1200 cosechadoras, unos 7000 a 8000 tractores, y unas 800 a 900
pulverizadoras), se está más por debajo aún. Explicaron que esta
retracción del mercado impacta directamente en el funcionamiento de las
plantas industriales, que tienen una capacidad de producción instalada
muy superior a la demanda local. Explicaron que esta retracción del
mercado impacta directamente en el funcionamiento de las plantas
industriales, que tienen una capacidad de producción instalada muy
superior a la demanda local AFAT. Para la asociación, esta retracción
del mercado impacta directamente en el funcionamiento de las plantas
industriales, que tienen una capacidad de producción instalada muy
superior a la demanda local. Dijeron que por ejemplo, los patentamientos
de cosechadoras representan el 13% de la capacidad de producción de las
empresas socias de AFAT, los de tractores un 33%, y los patentamientos
de pulverizadoras alcanzan el 59% del potencial de estas empresas.
“Entre
las consecuencias de esta preocupante situación se encuentran la
reprogramación de procesos productivos, la reducción de horas de
trabajo, la suspensión de personal y/o no renovación de contratos
temporales, así como también desvinculaciones”, alertó Fernández.
Explicaron
que la luz de alarma se enciende si se tiene en cuenta “la antigüedad
del parque de maquinaria, que raya la obsolescencia, con un 70-80% de
tractores de más de 15 años y un 70-80% de cosechadoras de más de 10
años”.
“Renovar ese parque e incorporarle toda la tecnología
disponible a nivel global es una necesidad para un país cuyos ingresos
de dividas dependen en un 60-70% del sector agroindustrial. Como
sabemos, la antigüedad de los equipos produce una disminución de la
productividad, sobrecostos en la fertilización y pulverización,
desperdicios en la siembra y la cosecha, y menores eficiencias en
general. Solo por dar algunos ejemplos, se puede utilizar un 30% menos
de semillas con siembra variable o corte por sección; en aplicaciones se
produce un ahorro del 70% gracias a la inteligencia artificial. Y en la
cosecha, entre un 15 y un 20% menos de pérdidas”, enfatizaron en AFAT.
“Estamos preocupados”
Leandro
Brito Peret, director ejecutivo de AFAT, señaló que este año viene
bastante difícil en la Argentina. “Estamos preocupados. Siempre es un
desafío producir en el país. Pero acá estamos trabajando y luchando para
adelante. Si proyectamos el año, tomando en cuenta las distintas
variables ( precios de los commodities, cómo se proyecta la campaña y
las expectativas de productores y contratistas) creemos que vamos a
estar entre un 25 y 30% por debajo del año pasado”, dijo a LA NACION.
“Esto
preocupa sobre todo porque vemos que la tasa de renovación de la
maquinaria es muy lenta y eso atenta directamente contra la
productividad del país”, agregó.
El otro gran problema, reiteró Brito
Peret, es que esta caída en las ventas tiene una repercusión directa en
lo que es la actividad de las plantas: “Hoy en nuestras 12 plantas se
está trabajando en promedio al 50% por debajo, lo cual representa una
capacidad ociosa importante. Todas las empresas han trabajado este año
para afectar lo menos posible sus estructuras, pero han tenido que tomar
decisiones como suspender personal en algún momento, reprogramar los
procesos productivos, incluso no renovar contratos temporales. A eso se
suma la falta de créditos en los volúmenes que el sector necesita, con
tasas competitivas de financiamiento de largo plazo. Ya hemos tenido
algunas reuniones con Banco Nación y con el BICE para ver qué es lo que
se puede hacer al respecto”.
Además enfatizó que en el sector
industrial continúa siendo alarmante el tema de los costos de producción
y de fabricación: “Hoy el impacto fiscal es agobiante y hay que
trabajar estratégicamente en eso en algún momento para resolverlo porque
nos resta muchísima competitividad”.
Por último, Fernández remarcó
que “la Argentina tiene un potencial productivo enorme, suficiente para
alimentar a 400 millones de personas; productores y contratistas que
están entre los más innovadores de la región, técnicos y profesionales
capacitados, pero no se cuenta con las condiciones necesarias para
continuar el camino del crecimiento y desarrollo productivo”.
“Desde
AFAT resaltamos siempre la necesidad de contar con un marco de
previsibilidad político-económica, financiamiento acorde al volumen del
sector, y con tasas competitivas, y también la revisión de la carga
fiscal, hoy agobiante. De nuestra parte renovamos día a día el
compromiso de continuar trabajando para el crecimiento del país”,
resumió el titular de AFAT.