El Presidente encabezó una reunión en Casa Rosada con el exprimer ministro británico. A Johnson la cumbre le sirve para promocionar sus memorias, tras renunciar a su banca del Parlamento acechado por la investigación sobre el "Partygate". A Milei, en tanto, no parece importarle que Johnson sea un ferviente defensor de que la bandera inglesa flameé en Malvinas. Milei se trasladó por la mañana desde la quinta de Olivos a su despacho de Casa de Gobierno, donde a las 15 ingresó el exjefe de Estado británico. Johnson entró por la explanada con un ejemplar de su libro, titulado "Unleashed" (Desatado), bajo el brazo.
Se trata de una suerte de autobiografía en la que el exprimer ministro
confesó haber evaluado durante la pandemia de Covid-19 la posibilidad de
"lanzar una incursión acuática" en los Países Bajos para robar dosis de
vacunas contra el coronavirus de AstraZeneca que se encontraban en un
galpón de la ciudad de Leiden en ese país. El encuentro entre Milei y
Johnson se extendió por más de una hora y, antes de retirarse de la sede
gubernamental, el dirigente inglés salió a saludar por uno de los
balcones que dan a la Plaza de Mayo. El exlíder del Partido Conservador
británico visita Sudamérica a raíz de la invitación a participar del XII
Seminario Picton-El Mercurio, que se celebrará el jueves próximo en
Chile y donde será entrevistado por el ex embajador del país trasandino
en el Reino Unido David Gallagher y por el abogado Gerardo Varela. Líder
conservador y primer ministro del Reino Unido desde 2019 hasta 2022,
Johnson anunció su dimisión como presidente el 7 de julio de 2022,
envuelto en investigaciones por fiestas y reuniones celebradas en sus
oficinas de Downing Street durante la pandemia. A mediados de 2023, la
Cámara de los Comunes aprobó un informe que declaraba que Johnson había
mentido "deliberadamente" al Parlamento británico.
De qué trata el libro que Boris Johnson le regaló a Milei
En
el libro, Johnson relata haber preguntado a sus asesores militares “si
podría ser técnicamente factible lanzar una incursión acuática” en un
almacén en los Países Bajos para recuperar las dosis de vacuna contra el
coronavirus de AstraZeneca que él creía debían a Gran Bretaña.
El
plan de Johnson, según admitió, consistía en cruzar el Canal de la
Mancha de forma clandestina con lanchas neumáticas, navegar por los
canales holandeses hasta llegar a las vacunas "secuestradas" y después
retirarse con un camión.
Finalmente, tras consultarlo con sus
asesores, el exprimer ministro desechó la idea, al considerar "una
locura" la invasión de un aliado de la OTAN.
El jefe adjunto del
Estado Mayor de la Defensa, el teniente general Doug Chalmers, le
aseguró que el plan era "ciertamente factible", pero le advirtió que no
sería posible llevarlo a cabo sin ser detectados por las autoridades
neerlandesas.
“Si nos detectan tendremos que explicar por qué estamos
invadiendo de hecho a un aliado de la OTAN desde hace mucho tiempo. Yo
estaba secretamente de acuerdo con lo que todos pensaban, pero no quería
decirlo en voz alta: que todo aquello era una locura”, sostiene el
exprimer ministro británico en su libro