Los militantes de CFK remarcaron que faltaban datos básicos de los candidatos de la nómina, como el DNI, y también registraron algunas firmas posiblemente duplicadas. Una serie de desprolijidades que dejaron al descubierto, al menos, el apuro y las falencias detrás del armado del riojano (la lista se había presentado el sábado cerca de la medianoche, sobre el filo del plazo legal). La respuesta del PJ, en principio, fue darle al gobernador un deadline de “dos horas” para resolver el inconveniente a priori burocrático, que puede convertirse en uno más bien político en caso que la interna, por ese motivo, se termine cayendo. Cerca de Quintela dijeron que el papelerío se resolvió en tiempo y forma, aunque las especulaciones en torno a la posibilidad de que haya unidad –sobre todo a partir del “costo” económico de la elección, que deberá solventar el Gobierno.