Denunció «persecución ideológica» a becarios e investigadores, Manuel García Solá, ex titular de Educación de Menem, había sido designado por parte de la Sociedad Rural. El Ejecutivo le exigió a la entidad agropecuaria que lo remueva. "Jamás se alcanzó la libertad económica, que proclamamos en la SRA, sin libertad política, libertad de pensamiento y disenso democrático", aseguró el renunciado. Por: Gustavo Sarmiento- Manuel García Solá no es una persona relacionada al progresismo.
Fue designado como director en el Conicet por parte de la Sociedad
Rural Argentina (SRA) y en los ’90 ejerció como ministro de Educación de
Carlos Saúl Menem. Sin embargo, quedó a la izquierda del actual
gobierno, al denunciar «persecución ideológica» del Ejecutivo hacia
becarios e investigadores. ¿El resultado? Le exigieron la renuncia.
El
despido encubierto del organismo llegó luego de que el Gobierno elevara
un pedido a la entidad agropecuaria para desplazarlo de su cargo. En
declaraciones a Radio Con Vos, Manuel García Solá lo adjudicó a su
reclamo por «persecución ideológica» del oficialismo a la comunidad
científica, en medio de una asfixia presupuestaria que está generando
despidos, parálisis de proyectos, renuncias y fuga de cerebros. García
Solá también escribió una carta, en la que aseguró que su dimisión no
era voluntaria sino que respondía a esa “persecución ideológica”.
Compartía su rol de director con Roberto Rivarola, Mario Pecheny, María
Laura Correa, Luz Lardone y Jorge Aliaga.
El ex director había
asumido el cargo en junio de 2022 y su mandato finalizaba en 2026. Ante
la presión del Gobierno, la propia Sociedad Rural que había impulsado su
nombramiento le pidió la renuncia.
¿Persecusión en el Conicet?
En
una carta dirigida al presidente de la entidad agropecuaria, Nicolás
Pino, García Sola remarcó que “en la historia reciente de la humanidad
jamás se alcanzó la libertad económica, que proclamamos en la SRA, sin
libertad política, libertad de pensamiento y disenso democrático, sin
respeto a las ideas de otros, sin tolerancia y sin justicia en la
distribución de los bienes”.
Recordó que el reglamento del organismo
establece que “los miembros del directorio actuarán con independencia
de criterio y no en representación de sus proponentes. Y eso es lo que
se hace en ese directorio, querido presidente: política científica y
tecnología de más alto nivel”.
Añadió: “Nunca voy a callar mi voz
cuando intentan acometer alguna persecución por ideas científicas,
políticas, religiosas, tecnológicas o las que sean”. E incluso destacó
haber derribado “prejuicios” que “separaban a buena parte de la
comunidad científica del sector agropecuario y viceversa”.
Desde la
Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt)
emitieron un comunicado donde alertan que «García Solá, representante
del Agro, se va, denunciando persecución ideológica en el Conicet,
impulsada por el Poder Ejecutivo de la Nación. No nos da lo mismo, no
queremos un país con caza de brujas, nada es posible cuando el Estado
Nacional, que debería velar por los intereses de su población, se
persigue a quien piensa distinto».
Una deuda pendiente
García Solá
afirmó que le quedó un objetivo pendiente: la profundización de la
transferencia de tecnología desarrollada «en la red de institutos y
laboratorios del principal organismo de ciencia de Latinoamérica (el
Conicet) al sector agropecuario y sus empresas». Así lo señala: “En eso
no me voy a satisfecho. Es que el cambio del gobierno del año pasado y
de las políticas en materia de ciencias tecnológicas lo trucaron”.
Puso
como ejemplo la interrupción del convenio asociativo entre la SRA, el
CONICET, la Universidad Nacional de La Plata y las Asociaciones de
criaderos para crear un Centro de Análisis e Investigación Genómicas
multiespecie, que hubiera podido “consolidar el liderazgo argentino en
la selección genética en Latinoamérica”.
“Cuando estábamos a un solo
paso de que se concluyera el inicio de las compras de medicamentos y de
la firma de convenios asociativos, cambiaron los actores y todo se
paralizó. Espero que rápidamente y a través de sus interlocutores con el
actual gobierno se retome acá el ritmo que había logrado imprimirle a
la relación”, subrayó.
Y concluyó en un mensaje hacia Milei, ante el
silencio cómplice de las autoridades ruralistas, un sector que depende y
se nutre esencialmente de los desarrollos de la ciencia nacional de
cara al sector agropecuario: “Las renuncias, señor Presidente, siempre
tienen un motivo. En general, el renunciante alega motivos de índole
personal -que siempre lo son, en alguna medida-. No me siento abarcado
en esta categoría y usted lo sabe. Y como no era mi voluntad hacerlo, me
pareció en sintonía con el tipo de relación que siempre tuvimos
explicitar, en lo que fuera posible en el marco de la prudencia, mi
disenso con la causa que seguramente lo llevó a usted a hacerme esta
solicitud. El tiempo dirá”.
Cientificidio
Desde la Mesa Federal
por la Ciencia y la Tecnología alertan ya hace meses acerca del riesgo
de “cientificidio”, entendido como la destrucción sistemática de la
ciencia y tecnología argentinas: «El desfinanciamiento que afecta al
conjunto de los organismos de CyT, a las universidades y a las
provincias, reviste especial gravedad, ya que restringe el desarrollo de
las actividades de investigación y favorece la emigración de recursos
humanos altamente calificados».
Aseguran que «nunca en 40 años hubo
una caída del gasto nacional tan grande y en un lapso tan corto»: se
prevé un descenso del 24,3% entre 2023 y 2025 (en millones de pesos,
devengado 2023: 155.240.562 / presupuesto 2025: 117.554.749 = -24,3). En
este marco, el proyecto de Ley de Presupuesto para el año 2025
presentado por Milei al Congreso suspende 3 artículos de la Ley de
N°27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de CTI.