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 de abrir la puerta a las negociaciones y a los gestos de diálogo y de 
encuentro, para llegar a una paz justa y duradera", dijo el papa. Y 
continuó: "Que callen las armas en Oriente Medio. Con los ojos fijos en 
la cuna de Belén, dirijo mi pensamiento a las comunidades cristianas de 
Israel y Palestina, en particular a Gaza, donde la situación humanitaria
 es gravísima". "Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se 
ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra", añadió el 
pontífice sentado en una silla en el balcón de la logia central. Y 
aseguró que lleva "en el corazón también a la comunidad cristiana del 
Líbano, sobre todo del sur, y a la de Siria, en este momento tan 
delicado" y animó a buscar soluciones que permitan la reconciliación 
nacional en Libia. "Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en 
toda la región, lacerada por el conflicto". añadió.
Francisco recordó
 que este martes se abrió la Puerta Santa con la que inició el Jubileo, 
que se celebra cada 25 años, y deseó que ayude "a reconciliarnos con 
nosotros mismos, entre nosotros, incluso con nuestros enemigos". "En 
esta Navidad, inicio del Año jubilar, invito a todas las personas, a 
todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a
 hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas y superar las 
divisiones". En su mensaje, el papa también pidió "que el nacimiento del
 Salvador traiga un tiempo de esperanza a las familias de miles de niños
 que están muriendo a causa de la epidemia de sarampión en la República 
Democrática del Congo, así como a las poblaciones del oriente de ese 
país y a las de Burkina Faso, de Malí, de Níger y de Mozambique". 
También pidió paz para los países del Cuerno de África y "el acceso de 
la población civil de Sudán a las ayudas humanitarias y poner en marcha 
nuevas negociaciones con el propósito de un alto el fuego". "Que el Niño
 Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de 
buena voluntad del continente americano, con el fin de encontrar lo 
antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para 
promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y
 Nicaragua", pidió también el papa en su mensaje. No olvidó a los 
habitantes de Myanmar, que, a causa de los continuos enfrentamientos 
armados, padecen grandes sufrimientos y son obligados a huir de sus 
casas". Y deseo que "el Jubileo sea ocasión para derribar todos los 
muros de separación: los ideológicos, que tantas veces marcan la vida 
política, y los materiales, como la división que afecta desde hace ya 
cincuenta años a la isla de Chipre y que ha lacerado el tejido humano y 
social". El papa recordó también "a todos los niños que sufren por la 
guerra y el hambre" a "los ancianos, obligados muchas veces a vivir en 
condiciones de soledad y abandono" a "los que han perdido la propia casa
 o huyen de su tierra, tratando de encontrar un refugio seguro" , "a 
cuantos han perdido o no encuentran trabajo" y "a los encarcelados que, a
 pesar de todo, siguen siendo hijos de Dios". Francisco aprovechó 
también la ocasión para pedir "que el Jubileo sea la ocasión para 
perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan sobre los países 
más pobres". Y concluyó deseando a todos "una serena y santa Navidad" e 
impartiendo la bendición 'Urbi et Orbi'.

