A la par, efectuó la subasta de vehículos, contenedores y equipo previo
acuerdo con el Banco Ciudad. El cierre definitivo de Jáchal y la opción
de una medida similar para Villa María mantiene en vilo a los 1.200
empleados de la estatal, que aún mantiene operativas las instalaciones
Río Tercero (Córdoba), Azul (Buenos Aires) y Fray Luis Beltrán (Santa
Fe). A tono con este proceso, el oficialismo efectuó una subasta
insumos, materiales y utilitarios de Fabricaciones Militares por una
suma de base superior a los 605 millones de pesos. "Los remates se dan
en el marco de un convenio que suscribieron el Banco Ciudad y
Fabricaciones Militares S.E. por el cual la empresa que brinda
soluciones integrales para Defensa, Seguridad y al sector industrial,
utilizará la herramienta de subastas públicas online del Banco Ciudad
para ofrecer a la venta bienes que ya no requiere", se indicó de forma
oficial. La estrategia de reducir el funcionamiento de Fabricaciones
Militares que sostiene el Gobierno mantiene en estado de alerta y
movilización al gremio ATE, que integra a los trabajadores del estado.
"No se están subastando solo bienes y tierras con un valor económico, se
están perdiendo recursos fundamentales para el desarrollo de la defensa
y las políticas públicas", declararon fuentes de la representación de
ATE en Villa María. "Están subastando todos los bienes: la planta
completa con la línea productiva, motores, aire acondicionado,
contenedores, camionetas, absolutamente todo", añadieron. En torno a la
empresa nacional señalan que, de hacerse con el control de Fabricaciones
Militares, tanto CGS Defence como Hispania Group podrían reorientar la
producción a los fines de abastecer con material bélico a Ucrania y sus
aliados contra Rusia. El desembarco de ambas empresas ocurriría de la
mano de la diplomacia estadounidense, de cercanía conocida con el
presidente Javier Milei. Vale recordar que, en julio del año pasado,
funcionarios del Departamento de Estado de la nación norteamericana
recorrieron las instalaciones de la fábrica militar de Río Tercero,
Córdoba.
En concreto, el interés de los funcionarios del Departamento
de Estado se concentró en la planta de metalmecánica instalada dentro
de la fábrica. Esa área, que en los últimos años fue redireccionada
hacia la producción de trenes y vagones, tiene un pasado como fabricante
de balas y municiones en general.