Caputo quedó traumatizado con ese sistema porque en 2018 cuando era
ministro de Macri lo aplicó Sturzenegger desde el Banco Central y se
dilapidaron todas las reservas. Por eso el acuerdo se sigue demorando,
pese a las constantes filtraciones del ministro sobre un cierre
inminente, que llegaron al ridículo de difundir un comunicado blue,
entre los periodistas acreditados en el Palacio de Hacienda. No es un
secreto que el organismo le pide a Milei que en una secuencia gradual de
levantamiento del cepo, se avance hacia un sistema de flotación de la
moneda, paso que implica una devaluación. Fue un anticipo de este medio
que luego confirmaron papers de los principales bancos de inversión, y
hasta el propio jefe de gabiente Guillermo Francos. El organismo pedía
un dólar que flote entre 1400 y 1700 pesos, antes de habilitar las
intervenciones del Banco Central. Economía tuvo un triunfo menor, ahora
las bandas se ubican entre 1300 y 1600 pesos. La resistencia de Caputo
es lógica. El sistema de bandas es en rigor una devaluación disfrazada.
Lo que mira el FMI es el piso, hay tenes una devaluación que supera el
20%, pero el Central sólo puede intervenir para bajar el dólar si cruza
la franja superior y ahí la devaluación supera el 50%. Por eso en el
encuentro del IAEF de este martes en el que estaban los principales
empresarios del país, el consenso era de rechazo al sistema de bandas.
"Si hacen eso vamos a una espiralización inflacionaria", dijo a LPO el
dueño de una de las empresas de energía más grandes del país. Se
esperaba que el acuerdo con el FMI fuera trabajado con mayor
tranquilidad y no con la urgencia actual como si se tratara de un
salvaje ineludible. Como si no se vislumbrara la existencia un Plan B.
Por consiguiente eso habla de que al equipo económico las cosas no le
han salido tal lo planeado. Un economista que participó de la
experiencia del 2018 agregó a LPO otro problema: "El sistema de bandas
no sirve en la Argentina, el mercado te toma el tiempo, te juega arriba y
abajo y te vacía de reservas".
Ricardo Arriazu, uno de los
economistas más escuchados por Javier Milei, confirmó ese diagnóstico:
"Si hay flotación compacta como en el 2018 va a haber problemas".
Arriazu defendió la intervención del precio de dólar que practica
Caputo: "¿Cómo estabilizo el dólar? Interviniendo. Tan sencillo como
eso".
Las bandas que pide el FMI implican una devaluación que puede llegar al 50%
El
problema es que Caputo ya no tiene reservas para seguir haciendo eso.
De ahí la búsqueda desesperada de un acuerdo con el FMI que lo fondee. Y
el Fondo le exige devaluar y flotar para que no se gaste los fondos que
le gira en intervenciones. Caputo frece como primer paso eliminar el
dólar blend y aguantar hasta las elecciones para devaluar. O sea, es un
tema de cuando no de que. En ese laberinto ingresó el programa
económico.
"Se esperaba que el acuerdo con el FMI fuera trabajado con
mayor tranquilidad y no con la urgencia actual como si se tratara de un
salvaje ineludible. Como si no se vislumbrara la existencia un Plan B.
Por consiguiente eso habla de que al equipo económico las cosas no le
han salido tal lo planeado", explicó a LPO un operador de Wall Street.
Martin
Kalos, fundador de la consultora Epyca, destacó que aún si se avanza
sobre el sistema de bandas, quedan abiertas las preguntas sobre cual va a
ser la tasa mensual devaluación, la dinámica de actualización de esas
bandas y la cantidad de dólares disponibles para intervenir y sostener
el precio.
"Si lo dejas fija la banda, supongamos entre $1400 y
$1700, dentro de tres meses puede que te quede corto. En ese lapso, lo
mas probable es que el precio del dólar vaya al top de franja, y
requiera la intervención del Banco Central en algunas oportunidades".
afirmó Kalos y agregó que una banda de flotación entre $1400 y $1700 es
"sumamente amplia".
Lógicamente, liberar el dólar hasta los $1600 o
$1700 tiene consecuencias sociales dramáticas. Eso explica que los
planes de corrección incorporen medidas respecto a precios y salarios,
los dos grandes ausentes del caso. Cuando el dólar sube, se produce una
fenomenal transferencia desde los asalariados, cuyos ingresos son en
pesos, hacia la fracción del capital que revaloriza sus activos
dolarizados. Si dejas fija la banda, supongamos entre $1400 y $1700,
dentro de tres meses puede que te quede corto. En ese lapso, lo mas
probable es que el precio del dólar vaya al top de franja, y requiera la
intervención del Banco Central en algunas oportunidades.
"La
inflación hoy ya tiene una resistencia en torno al 2,5% difícil de
perforar. Con la flotación el Gobierno pierde todo su capital político y
su caballito de batalla que era erradicar por completo al flagelo
inflacionario", precisó un economista de la oposición. "Para que lleguen
los dólares del FMI, el gobierno tiene que dejar de lado su
intransigencia cambiaria y abandonar el crawl del 1%", completó la
fuente.
La discusión sobre la política cambiaria y su estrecha
relación con precios y salarios, pone en el centro de la escena el nudo
gordiano de la economía doméstica: los múltiples factores que generan
una mayor demanda de dólares de los que genera.