Con esa frase, la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Cruz y la
Mesa Provincial por las Huelgas Patagónicas habían decidido recordarlo a
él y a los 1.500 obreros en huelga que fueron fusilados –y en
centenares de casos, desaparecidos– por el Ejército entre 1920 y 1922.
Bayer había rescatado del olvido esa historia, contada a lo largo de los
cuatro tomos de “Los vengadores de la Patagonia Trágica”, libro
censurado por la última dictadura militar.
Todo ese simbolismo
estaba condensado en esa escultura de chapa de 1,9 metros de altura que
reproducía la figura del escritor y que funcionarios de Vialidad
Nacional destruyeron --taladros y topadoras mediante-- menos de 24 horas
después de un nuevo aniversario del golpe, con la excusa de que “no
tenía la habilitación correspondiente”. “No hay razón para hacer lo que
hicieron. Es una provocación y una negación de nuestra historia”, le
dijo a Página/12 el intendente de Ríos Gallegos, Pablo Grasso, quien
adelantó que intermediará ante el Gobierno para intentar restituirla. El
monumento al columnista de Página/12 desde el nacimiento del diario
hasta el día de su muerte había sido colocado a la vera de la Ruta 3,
sobre la entrada de la capital santacruceña, en el paraje de Aike Güer.
La ceremonia de emplazamiento se celebró el 24 de marzo de 2023, con la
participación del hijo del escritor, Esteban Bayer, y familiares de los
obreros fusilados en las huelgas de la FORA y también de
detenidos-desaparecidos de la provincia. La idea de todos fue que la
memoria de aquella masacre y del terrorismo de la última dictadura
estuvieran presentes en el ingreso mismo a la ciudad. Por eso el cartel
rezaba: "Bienvenidx, usted está ingresando a la tierra de La Patagonia
Rebelde". Desde Vialidad Nacional se excusaban en que el monumento fue
retirado porque “era peligroso”, dado que estaba emplazado a un costado
de la banquina de la Ruta 3, en una “zona de caminos”, para lo cual "no
tenía habilitación". De todos modos, las autoridades nacionales y
provinciales del organismo consultadas por este medio no pudieron
explicar por qué para removerlo fue necesario utilizar excavadoras, que
terminaron destruyendo completamente la estructura en lugar de
reubicarla, si el problema era simplemente el lugar específico donde
estaba emplazada. Además, el "operativo", si se lo puede llamar así,
tampoco fue coordinado con ninguna autoridad provincial: se hizo a lo
bestia. Según pudo averiguar este diario, incluso, funcionarios locales
de Vialidad recibieron quejas del puesto cercano de Gendarmería
Nacional, ubicado a pocos kilómetros, porque les molestaba. Y no eran
pocos a los que la "X" en el mensaje de bienvenida, les producía cuanto
menos cierta urticaria. El autor de la obra, el escultor Miguel Jerónimo
Villalba, responsabilizó directamente por las roturas a Paulo Croppi,
presidente del 23 Distrito Santa Cruz de Vialidad, al que le pidió a
través de una carta "la devolución de la misma". Para Esteban Bayer,
hijo de Osvaldo, "el tiro les salió por la culata". "Fue impresionante
la solidaridad que recibimos, eso fue conmovedor. Con todo el revuelo
que se armó, el que no conocía a Osvaldo, ahora lo conoce", le dijo a
Página/12. Y agregó que "hay que ser muy bestia para destruir un
homenaje así como lo hicieron". "Es como prohibir películas, como quemar
libros, algo que no se espera de un gobierno constitucional, sino más
bien de otro tipo. Está en la línea de las agresiones que venimos
sufriendo los argentinos".