Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, hijo de madre de
ascendencia española, ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín
(OSA) en 1977 e hizo sus votos solemnes en 1981. Cuenta con una amplia
formación académica que incluye una licenciatura en Ciencias Matemáticas
por la Universidad de Villanova, una maestría en Divinidad por la
Catholic Theological Union de Chicago, y una licenciatura y doctorado
magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de
Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma. Su tesis doctoral versó sobre
El papel del prior local de la Orden de San Agustín. Su trayectoria en
la Iglesia ha estado marcada por importantes roles y logros y, aunque
fue denunciado por una organización de encubrir denuncias de presuntos
abusos sexuales contra dos sacerdotes de la diócesis peruana de Chiclayo
que dirigió hasta 2023 cuando fue llamado a Roma, estas acusaciones
fueron negadas por la diócesis. El periodista peruano Pedro Salinas, que
llevó a cabo una investigación sobre la organización Sodalicio de Vida
Consagrada, movimiento peruano disuelto en enero por el Papa Francisco,
asegura que las acusaciones contra Prevost son “absolutamente falsas”.
Robert Francis Prevost fue elegido nuevo papa de la Iglesia Católica: se
llamará León XIV
Tras su ordenación sacerdotal en 1982, Prevost se
unió a la misión agustiniana en Perú en 1985 y fue canciller de la
Prelatura Territorial de Chulucanas de 1985 a 1986. En 1987 fue elegido
director de vocaciones y director de las misiones de la provincia
agustiniana de ‘Mother of Good Counsel’ de Illinois y en 1988 fue
enviado a la misión de Trujillo como director del proyecto de formación
conjunta de aspirantes agustinos en los Vicariatos de Chulucanas,
Iquitos y Apurímac. Allí sirvió como prior de la comunidad (1988-1992),
director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998). En
la archidiócesis de Trujillo fue vicario judicial (1989-1998), y
profesor de derecho canónico en el Seminario Mayor “San Carlos y San
Marcelo”. En octubre de 2013 regresó a su provincia (Chicago) para
ejercer de nuevo como maestro de los profesos y vicario provincial,
funciones que desarrolló hasta el 3 de noviembre de 2014, cuando el papa
Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis peruana de
Chiclayo, elevándolo a la dignidad de obispo y asignándole la diócesis
titular de Sufar. Fue ordenado obispo el 12 de diciembre, festividad de
Nuestra Señora de Guadalupe, en la catedral de su diócesis. Y, en marzo
de 2018 fue nombrado segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal
Peruana. En 2019, el papa Francisco lo designó miembro de la
Congregación para el Clero en 2019 y de la Congregación para los Obispos
en 2020, además de administrador apostólico de la diócesis del Callao.
Fue en 2023 cuando fue designado prefecto del Dicasterio para los
Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Es
miembro de siete dicasterios del Vaticano, así como de la Comisión para
el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que ha sido
interpretado como un indicio de la confianza del Papa Francisco en el
purpurado. Con Jorge Bergoglio, al que conoció en Buenos Aires,
compartía su visión sobre los pobres y los migrantes. Era “un hombre que
quería vivir el Evangelio con autenticidad, con coherencia”, ha
subrayado el cardenal agustino de Francisco, y entre sus enseñanzas más
preciadas ha destacado su deseo de “una Iglesia pobre, que camina con
los pobres, que sirve a los pobres”. En una entrevista a Vatican News,
Prevost rememoraba el primer viaje apostólico del Pontífice fallecido, a
Lampedusa, por su “cercanía a los migrantes” y la carta escrita a los
obispos de Estados Unidos el pasado mes de febrero “sobre la importancia
de estar cerca de los que sufren y de tener el corazón de Jesucristo”,
cuando se puso en marcha el programa de deportación masiva de
inmigrantes ilegales y refugiados. Prevost también se ha pronunciado
sobre la necesidad de actuar urgentemente contra el cambio climático,
otra de las preocupaciones de Francisco y es defensor de la iglesia
sinodal. Respecto a la posibilidad de ordenar a las mujeres, el
purpurado se ha mostrado contrario y en una entrevista ha asegurado que
“clericalizar a las mujeres no necesariamente soluciona un problema,
podría generar uno nuevo”. (Con información de EFE)