El estudio, titulado “Inseguridad alimentaria en la infancia argentina: un problema estructural observado en la coyuntura actual”, advierte que si bien la pobreza, el empleo precario y la desigualdad son factores históricos, la situación empeoró en los últimos años. Entre 2010 y 2024, la tendencia fue ascendente, con picos en 2018, durante la pandemia en 2020 y en la crisis socioeconómica del último año. El informe muestra que el 67% de las infancias eran pobres en el primer semestre de 2024. Aunque hubo una baja en el segundo semestre por la desaceleración inflacionaria y la suba de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar (TA), la inseguridad alimentaria continuó en niveles críticos. En términos regionales, el AMBA mostró los mayores niveles de inseguridad alimentaria desde 2017, aunque en 2024 el interior del país registró un aumento y se acercó a los números del conurbano bonaerense, 36% y 35%, respectivamente.