En estos privilegios de la vida habrá pensado Lanata en vuelo hacia
Caracas. O no. Tal vez no. A juzgar por el producto que presentó el
último fin de semana en su programa televisivo “Periodismo para Todos”,
podemos suponer que pensaba en cómo terminar rápido con este viaje y
volver a su Buenos Aires querida.
Su informe desde Caracas,
“Recuerdos del futuro”, tenía como objetivo encontrar paralelismos entre
las administraciones de Chávez y de Cristina Fernández. Y así lo
planteó el mismo Lanata al presentarlo.
En la segunda presencia en
cámara, el periodista dice que está en “Plaza Caracas” pero en realidad
está en el bulevar de Sabana Grande. Un error menor atribuible a la
falta de un mapa (en Caracas, es verdad, no se venden mapas en cada
esquina). Pero en el desarrollo del informe vemos que no, que confundir
Sabana Grande con Plaza Caracas es una señal de lo que viene: un trabajo
marcado por la desidia.
Vemos a Lanata despachando desde su suite en
el Hotel Meliá (de los caros entre los más caros de la ciudad), y
trasladándose sólo para entrevistar a tres o cuatro personajes. A otros
dos o tres parece que ni siquiera los entrevistó él.
Así, se desgrana
durante una hora un rosario de lugares comunes de los que en Venezuela
ya no habla ni la derecha: el caso RCTV, el caso Afiuni y la remanida
guerrilla comunicacional (usando un informe amarillento del noticiero
del canal de Clarín). Lo único que tiene actualidad es la seguridad
pública, una de las preocupaciones perennes de los venezolanos y las
venezolanas.
Pero el abordaje de Lanata en este tema, y en los otros,
es tan parcial, tan vacío, tan falto de ideas y con fuentes tan
laterales y gastadas que se hace aburrido hasta para quienes creen o
quieren creer con Lanata que las cosas en Venezuela son como él las
cuenta.
Si Clarín quiere aportar en serio a la batalla comunicacional
contra Chávez tiene que esmerarse y enviar al ocioso estrella de nuevo,
a que mejore el producto.
Permitan que les acerquemos algunas ideas
de producción: visiten un barrio popular (son las luces que se ven en
los cerros de Caracas en las noches, Lanata, no son adornos navideños);
visiten la red de abastecimiento de alimentos del Estado (cerquita del
Meliá hay un hipermercado estatal, recién inaugurado); también pueden ir
hasta el Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano (eso está un
poco más lejos del hotel, conviene ir a media mañana para evitar
congestión vehicular). Estos entre otros muchos recorridos posibles.
Pero
se nos ocurre algo mejor: instalen la cámara en Sabana Grande (su Plaza
Caracas, Lanata) y hablen más, mucho más, con la gente. En Venezuela la
gente habla y habla, opina a favor y en contra apenas se prende la
cámara. Se que es extraño visto desde Argentina, donde la gente escapa a
la cámara y hacer una encuesta callejera es un tormento para cualquier
cronista. Pero en Venezuela no. Les aseguramos que en Venezuela la gente
opina, gusta de opinar con nombre y apellido.
Los que no podemos
asegurar es con todo este nuevo paquete complementario les quede el
material tan redondamente manipulado como en la primera entrega. Van a
tener que trabajar un poquito más. Pero estamos seguro que van a lograr
decir lo que se les ocurra decir sin arreglo a la realidad (siempre
compleja) del otro lado de la lente. En decir lo que les convenga son
especialistas. Ya sabemos que cuando nos mean, Lanata dice que está
lloviendo.